No hay descanso para los paranoicos. Ya podemos disponer del mejor sistema operativo, completamente parcheado y al día, con todas las medidas preventivas activadas, rigurosos mecanismos de registro y control y excelentes prácticas de uso. Pero... ¿quién nos asegura que nuestro procesador no incluye una puerta trasera capaz de permitir el acceso a un intruso y hacer que todas las medidas de seguridad basadas en software no sirvan absolutamente para nada?
Un excelente trabajo firmado por investigadores de la Universidad de Illinois nos muestra vías factibles de introducir circuitos maliciosos en algún momento de la compleja y delicada cadena que interviene en el diseño y fabricación de un procesador.
Por ejemplo, bastan poco más de mil puertas lógicas "extras" para proporcionar a nuestro flamante hardware un acceso del máximo nivel a un eventual intruso.
Noticia extraida de: http://www.kriptopolis.org/procesadores-maliciosos
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